El mundo del marketing está muy saturado en la actualidad, y de que los consumidores cada vez están más ávidos de experiencias que logren cambiar o definir su decisión de compra, el 2015 nos presenta un desafío en el que la creatividad será parte fundamental en el posicionamiento de las marcas.
Por un lado el año ofrece un panorama diferente a lo que todos pensamos una vez activadas todas las reformas estructurales y sus leyes secundarias, parece que algo se nos olvidó en el camino y tenemos que recomponer nuestro ambiente de negocios y la confianza de los demás países en nuestra capacidad de emerger.
Me parece que no podemos dejar pasar un minuto más sin que sepamos ¿quién es nuestro cliente?, ¿dónde nos compra?, ¿cómo se llama? ¿por qué nos compra? o bien ¿por qué dejaría de comprarnos?, ¿qué es lo que le atrae de nuestra marca?, ¿qué le gustaría mejorar?, ¿porqué probó nuestro producto/servicio en primera instancia? ¿en dónde podemos entablar un dialogo de dos vías con él/ella? para así seguir aprendiendo de sus preferencias y ser mejores?, ¿a qué hora? ¿mediante qué medio?
La penetración de los dispositivos móviles cada vez es más real, la conectividad cada vez más común en nuestra población,
y los subsecuentes cada vez son más medibles mientras tengamos contacto estrecho con nuestros clientes.
El único superhéroe que tiene todas las capacidades de poder medir 100% e incluso en tiempo real y hacer llevar una experiencia personalizada para poder cambiar actitudes, o motivaciones de compra, el único del que no se desperdicia la mitad del presupuesto sin saber qué mitad fue -ademas-, se llama BTL, entendiéndose éste como un modelo de comunicación personal, en donde la retroalimentación — respuesta, reacción de la audiencia, o feedback— es instantánea, incluyendo en BTL a la publicidad digital por supuesto. Sabemos que, con la comunicación masiva, no hay tal inmediatez.
Los medios BTL no solo agilizan la respuesta, sino que hacen más medible la efectividad de la publicidad. En tiempos de crisis (u oportunidades) debemos poder medir y controlar lo que estamos haciendo al detalle. El BTL ya no es un complemento de los medios masivos, más bien el ATL es un acelerador de la comunicación personalizada, para poderla masificar más rápido
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